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GORI VICENS Los fieles de Felanitx volvieron a la Iglesia de Sant Miquel después de un año y medio de «exilio» debido a las obras de reforma que se llevan a cabo en el templo y que se prolongarán unos cuantos meses más. Durante todo el tiempo que han durado las obras, el Convent de Sant Agustí ha ejercido las funciones parroquiales. Pero, a partir de ahora, bautizos, funerales y los otros actos religiosos vuelven a la parroquia de Sant Miquel.

Las obras se concentran ahora en la capilla del Rosal, en diferentes dependencias colaterales que se emplean como almacén y en los vitrales exteriores. También estas semanas, la fachada de la vicaría es objeto de una esmerada restauración. En el interior de la iglesia, las obras que se han ejecutado han consistido en cambiar y mejorar la iluminación, la megafonía, y se ha recobrado el estucado que databa de 1863-64 y que en reformas anteriores había quedado tapado. Esta es, acaso, la actuación que más ha dejado boquiabiertos a la gente. Las personas que acudieron el sábado noche a la Vigilia Pascual y a la misa del día de Pascua expresaran su satisfacción «por lo bien que ha quedado la restauración».

Se ha limpiado el órgano y cada una de las capillas laterales se han devuelto a su estado original. El altar mayor y l'ambó "la palabra de Dios" son de piedra de Santanyí. Las cinco campanas, también han sido electrificadas. El presupuesto inicial de las obras rondaba los 700.000 euros, pero ahora ya se acerca a los 2 millones de euros. El Govern y el Ajuntament han dado 1'2 millones de euros y el resto se va pagando con donativos y suscripciones populares.