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MARGALIDA RAMIS La Colla gegantera de Binissalem organizó para la jornada de ayer por la tarde la II Trobada de Gegants a Binissalem, en la que participaron hasta 17 parejas de gegants de diferentes localidades de la isla.

Así, la localidad empezó a calentar motores para vivir una de las fiestas más importantes del pueblos, las fiestas Des Vermar, que se presentaron el pasado jueves por la tarde y que acabarán a final del mes de setiembre.

Para celebrar la fiesta, ayer por la tarde un total de 17 parejas de gegants se concentraron en la plaza de Can Gelabert, para partir todos juntos hasta la plaza de la iglesia, donde se llevó a cabo la presentación de los diferentes grupos de figuras y donde se realizó el baile final, que deleitó a todos los asistentes.

Protagonistas
Sin duda, unos de los principales protagonistas de la jornada fueron Aina y Jaume, los gegants de Binissalem, a los que les siguieron los de las localidades de Alaró, Bunyola, Calvià, Campos, Consell Insular de Mallorca, Felanitx, Inca, Llucmajor, Mancor de la Vall, Manacor, la Sala de Palma, Santa Eugènia, sa Pobla, Santa Maria del Camí, Sineu y Son Sardina.

Todos juntos partieron desde la plaza de Can Gelabert, danzando al son de las y ofreciendo un espectáculo de lo más agradable a todos los que salieron a su paso.

Los gegants pasearon por las calles Sac, Bonaire, la plaza Quartera, donde realizaron un descanso, y siguieron por la calle Concepció para finalmente llegar hasta su meta final, la plaza de la iglesia, donde fueron presentados al público que les esperaba. El origen de los gegants como figura festiva se remonta en la procesión del Corpus durante la Edad Media, y en cuanto a Mallorca hay que esperar hasta el 1630 para encontrar la primera referencia de gegants. Se trata de la procesión del Corpus de Sóller, en la que participan una pareja de gegant.

A partir de este momento ya se recoge la presencia de gegants en diferentes puntos de la isla, como en las fiestas de Sineu del año 1653, el Corpus de Palma el 1734 o el 1762 en San Llorenç, donde aparece el gegant Puput, que es el primer gegant mallorquín del que se conoce el nombre. Los gegants de Binissalem son unos de los más recientes de la isla, ya que igual que los de Campos, pertenecen al grupo de gegants que han sido recuperados o creados durante los últimos años del siglo XX o a principios del siglo XXI.