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J.SOCIES/J.SITGES La amenaza de lluvia y las bajas temperaturas inusuales dentro el mas de agosto fueron las protagonistas casi hasta la hora de la salida de los Cossiers de Montuïri. Pero la meteorología respetó la fiesta y los Cossiers hicieron vibrar a las miles de personas que se congregaron en la localidad.

A las siete los colores de los Cossiers, los olores de la albahaca, el sonido del flabiol, xeremies y cascabeles, o los azotes del Dimoni, evidenciaba la llegada de unos de los días más esperados del año.

Los Cossiers inician su incursión con el himno del pueblo, Flor de Arrayán. Toni Verger fue la Dama, y los Cossiers, Jaume Ruiseñor, Jaume Ramonell, Joan Sampol, Cristòfol Amengual, Joan Socies y Francesc Ferrer. Joan Mesquida se volvió a meter dentro la piel del Demonio.

El recorrido por las calles de los pueblos son sin duda la esencia de la fiesta, las cuestas empinadas del pueblo sirven por ver las corridas de la gente ante un demonio espoleado por los insultos que le confieren los vecinos. En la tarde de ayer los Cossiers danzaron por diferentes casas, entre empujones para ver el baile. Flor de Murta, Mestre Joan, El Rei no podia, Obriu-mos, Dansa Nova i la Gallineta Rossa, fueron las danzas que fueron alternando los Cossiers ya entrada la tarde. Hoy, día de Sant Bartomeu, los danzadores bailan de nuevo.