TW
0
J. S. Un año más Porreres vive una de sus mejores fiestas coincidiendo con el final de las mismas. Aunque parezca una paradoja, realmente la fiesta es así. Como cada año, después de finalizar la fiestas de Sant Roc, con la traca final, empieza otra fiesta a la que los porrerencs han venido a llamar Sant Roquet y que, organizada por tres bares de la Avinguda Bisbe Campins, can Guillem, sa Fonda, y sa Roqueta, esta celebración año tras año viene convirtiéndose en uno de los atractivos de las fiestas de verano de Porreres.

La Filharmònica Porrerenca interpreta la Matina Porrerenca, y los xeremiers y centenares de vecinos de Porreres y de diferentes pueblos de Mallorca acuden cada año en la madrugada del día de Sant Roc a Porreres, para poder degustar la ensaimada gigante. La tradición se remonta unos años atrás porque los vecinos del pueblo tenían más ganas de fiesta. Con la colaboración de los tres bares que ofrecen la ensaimada, consiguieron alargar la fiesta, ya que no es hasta las cuatro y media o las cinco de la madrugada cuando se va en busca del monumental dulce.

En la madrugada del pasado jueves, a pesar de la gran asistencia de gente hubo ensaimada para todos, y fue un motivo más que suficiente para que algunos alargaran la fiesta y para que, a la mañana siguiente, no acudieran a su puesto de trabajo en las mejores condiciones.

Las fiestas de Porreres conservan el carácter popular de las celebraciones de antaño. Una prueba de eso es el Sant Roquet, una iniciativa de los vecinos del pueblo que ya se ha convertido en uno de los actos con más éxito.