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J.M. SASTRE El alcalde de ses Salines, Sebastià Burguera y el regidor Antoni Perelló, ambos del PSOE, desautorizaron al arquitecto municipal, Antoni Campins, haciéndole modificar el proyecto del centro cívico de la Colònia de Sant Jordi, obviando un informe técnico del funcionario.

El punto de la discordia es la anchura de la acera del centro cívico. Según el informe que elaboró y registró el arquitecto, la acera debe tener una anchura de 1'40 centímetros «de manera que queda completamente adaptada a la ley de accesibilidad y de la supresión de las barreras arquitectónicas».

Sin embargo, Antoni Perelló, ordenó que la acera fuera reducida en 40 centímetros para que quedara alineada con el resto de las existentes en la misma calle. Ante esta situación, el arquitecto elaboró el informe en que muestra su desacuerdo con la modificación del proyecto. A todo esto, Antoni Perelló declaró que «lo que no podía ser es que la acera del centro cívico sobresaliera sobre el resto y no quedara alineada porque habría sido un nido de accidentes y nos habríamos cansado de pagar indemnizaciones». «El centro cívico a parte de la acera tiene un porche que sumado hace más de dos metros y está perfectamente adaptado», apuntó.