Los turistas participaron y se dejaron hacer bufonadas por parte de los grupos de teatro. Foto:J.M.SASTRE

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J.M.SASTRE
Lejos de anquilosarse o ser previsible como sucede en muchas ferias de la Isla, el mercado medieval de Capdepera se reinventa año tras año. Precisamente por este motivo, supera la cifra de visitantes y se ha convertido en el principal reclamo y escaparate de la localidad de cara al turismo y una cita ineludible para los vecinos de la mayoría de pueblos de la Isla.

Los vecinos de la localidad, desde los más pequeños hasta los más mayores, se vuelcan en la muestra y dan a conocer al visitante la riqueza cultural, patrimonial, social, económica, de la localidad, en las múltiples paradas que toman las calles del centro y las sinuosas callejuelas que ascienden hasta el Castell. Desde una demostración del arte de la llata, pasando por niños y niñas de instituto vendiendo coca o exposiciones variadas, casi todas las asociaciones y entidades del municipio forman parte de una muestra que se sienten muy suya.

Quizás ya tan propia como el castillo que corona el municipio y que con el mercado medieval recupera el esplendor y ambiente de antaño y convierte la muestra en una de las pocas de la Isla que puede ostentar con más motivos el apelativo de medieval. El ambiente no le va a la zaga.