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MARTA MEDRANO
Jacint Soberats Payeras, un profesor de música pobler a quien la Conselleria d'Obres Públiques le expropió 1.000 metros de su finca para habilitar un camino rural que había quedado cortado por las vías del tren, conocido como el Camí d'es Carnatge, se encadenó ayer en la iglesia para protestar por una ocupación, a su juicio injustificada. Antes de comenzar el oficio de Sant Antoni, repartió entre los asistentes un folio escrito a dos caras. En una, dirigida al alcalde, Antoni Serra, expone su caso y se presenta como «una víctima de la violencia selectiva, administrativa, material, social, moral y psicológica del Ajuntament de sa Pobla», al que define como «miserable, cruel y violento». En el último párrafo de esta parte, dedicado al alcalde y en segunda instancia a su antecesor en el cargo, Jaume Font, Soberats pide públicamente que el Ajuntament le organice una exposición pública sobre su queja formulada ante el Defensor del Pueblo. «Quiero que todo el mundo sepa que puedo decir con papeles lo que sufrido, leído, visto y oído, gracias a ustedes», añade, y reprocha al alcalde que, en 2003, le dijera que «tenía una percepción distorsionada de la realidad muy preocupante».

En la otra cara del folio, que Soberats dirige al rector, Joan Pons y se refiere a la figura de Antoni Toniet, un ilustre párroco de sa Pobla y a sus enseñanzas, y formula una serie de cuestiones.