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El alcalde de Inca, Pere Rotger, los grupos de la oposición, los sindicatos y miembros del comité de empresa de Yanko hicieron piña ayer contra la maniobra de deslocalización de la empresa de zapatos. «Todos creemos que se han de seguir haciendo zapatos en Inca y estamos dispuestos a buscar todo tipo de fórmulas para que no se lleven de aquí una firma que tiene un valor añadido», dijo ayer el alcalde Pere Rotger en la rueda de prensa que ofreció junto con los sindicatos después de una reunión. Los sindicatos quisieron dejar claro que actualmente no existen negociaciones con la empresa y que la aceptación del plan de viabilidad de Yanko supone establecer un precedente que podría significar el traslado de la comercialización de todas las marcas de calzado de Baleares a la Península. «Lo que ha puesto en marcha Yanko es una OPA hostil que persigue llevarse la marca y quedarse con una inversión importante en un corto periodo de tiempo», explicó Josep Benedicto, de Comisiones Obreras. «El traslado de la comercialización a Manresa significa llevarse el diseño, la administración y los comerciales, todo lo que es investigación y desarrollo que es lo que se tendría que mantener aquí», añadió Manuel Pelarda, de UGT.

«No se puede admitir que se lleven la comercialización a otra comunidad autónoma», agregó el alcalde Rotger. Desde los sindicatos se informó asimismo de que no existe un término estipulado para que el juez tenga que admitir a trámite el concurso de acreedores que presentó la empresa el 25 de octubre. Por otra parte, la junta de portavoces de PP, PSOE, PSM, UM e Independents de Inca manifestó su soporte y solidaridad con los trabajadores de la empresa Yanko e instó a la dirección a iniciar negociaciones con el comité de empresa lo antes posible porque alargar la situación supondría crear una gran inseguridad entre los trabajadores.

Los trabajadores de Yanko iniciaron el viernes por la tarde un periodo vacacional que ya estaba programado y que durará previsiblemente hasta el día 12. La plantilla explicó que en los últimos días la empresa ha amenazado con que al volver pueden encontrar las puertas cerradas.