Los mozos conducen a las bestias hacia la plaza de toros.

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Cerca de 2.000 personas asistieron ayer al «correbou» de Alaró que regresa al programa de fiestas tras casi una década de ausencia y gracias a un permiso de la Conselleria d'Interior del Govern balear que autorizaba el evento cuando pasaban las cinco de la tarde del viernes.

El alcalde de Alaró Miquel Deyà (PSOE), que disfrutó del «correbou» desde un lugar privilegiado en la plaza portátil montada a la entrada del pueblo, relataba ayer cómo el mismo viernes a mediodía había firmado in extremis cuatro papeles por los que el tradicional «correbou» recobraba la legalidad tras años de negativas del Govern balear a autorizar el encierro.

Equipados al más puro estilo San Fermín, con camisetas blancas bajo el lema «Correbou 2005, recuperam la tradició» y pañuelo rojo al cuello, los mozos y mozas de Alaró se mostraron valientes desde el inicio de la fiesta.