La nueva autopista consta de cuatro carriles, arcenes y una mediana de doce metros. Foto: TERESA AYUGA

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La sinuosa carretera s'Arenal-Llucmajor, que tantas vidas se ha cobrado en los últimos años, ya es historia. Tras 15 meses y medio de obras, la carretera de dos carriles se ha reconvertido en una espectacular autopista de cuatro carriles con arcenes y mediana de 12 metros, que ayer se abrió al tráfico. La longitud de la autopista es de 8,5 kilómetros, que unidos a los 6,3 de la variante de Llucmajor, suman casi quince kilómetros de vía rápida que podrá absorber un tráfico de hasta 60.000 vehículos al día. En estos momentos, la carretera tenía una intensidad medida diaria de 30.000 vehículos, que se elevaba hasta 45.000 en días punta. A una velocidad de 120 kilómetros por hora, el recorrido entre Palma y Llucmajor se puede realizar ahora en 10 minutos.

La autopista de Migjorn (el nuevo tramo inaugurado tiene continuidad con la variante) tiene en total seis salidas: ses Cadenes, s'Arenal-Cala Blava, Son Palmer-Son Granada, Son Antem, Son Noguera y s'Estanyol. Y cuenta con una amplia red de viales de servicios para acceder a las fincas particulares como no dispone ninguna otra autopista de Mallorca. La inauguración de la autopista tuvo lugar ayer por todo lo alto. El Ajuntament de Llucmajor quiso que los vecinos del municipio no faltaran a la cita y organizó una excursión de cuatro autobuses con gente de la tercera edad de Llucmajor y s'Arenal.

Jaume Matas, presidente del Govern, y Mabel Cabrer, consellera d'Obres Públiques, encabezaron la comitiva oficial compuesta también por el conseller d'Interior, José María Rodríguez, y los alcaldes de Llucmajor, Campos, ses Salines y Santanyí. Matas, que recordó que en Balears se produce un accidente cada 11 minutos, subrayó que es responsabilidad del Govern que las carreteras estén en condiciones. «Desde el primer día», afirmó, «hemos sido coherentes con la necesidad de que las Islas tienen que contar con infraestructuras modernas y adecuadas para afrontar el futuro». Reconoció que se ha tardado demasiado tiempo en hacer esta obra, pero quiso puntualizar que ya «es un mal recuerdo» y agregó: «No nos jugamos sólo la calidad vida sino también la imagen exterior».