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Son Servera tiene sus raíces en la agricultura a pesar que el turismo le haya restado hoy en día protagonismo. Ayer quedó demostrado que las tradiciones están más de moda que nunca en la localidad. La IX Fira Agrícola, artesanal y ganadera invadió las calles del pueblo con una amplia oferta, de la que se puede destacar la recuperación del arte de la lana, una muestra de razas autóctonas así como la degustación gastronómica de la sobrasada, sopas mallorquinas y la antigua fulla de llimonera.

Un corral instalado en la Feria mostraba como se lleva a cabo el proceso de transformación de la lana. Profesionales enseñaban como se desarrolla la labor de esquilar las ovejas, lavar y secar la lana para destinarla a diferentes usos.

Otra de las novedades era la degustación de la fulla de llimonera, una pasta frita con miel o azúcar con la forma de hoja de limonero. Asistieron, entre otros, el alcalde de Son Servera, Damià Ripoll junto a la vicepresidenta Rosa Estarás y el conseller de economía del Consell, Miquel Angel Flaquer.