Puntualmente a las 9.30 de la mañana, a la salida de la misa
dominical, el alcalde y los portavoces de algunos de los partidos
políticos en la oposición (PSOE y PSM) cumplían ayer con la
tradición de acompañar a pie al rector de Santa Maria la Major de
Inca en romería hasta la ermita del Puig de Santa Magdalena. A esa
hora, apenas una veintena de personas iniciaban el recorrido con
los ojos clavados en un cielo tormentoso que empezaba a chispear. A
lo largo de la mañana fueron, sin embargo, miles de inquers los que
cumplieron con la tradición del domingo del Àngel y se acercaron a
pie hasta Santa Magdalena para degustar las tradicionales
paellas.
De hecho, el concurso de paellas es uno de los platos fuertes de
la jornada. Como cada año, el Partido Popular se llevó el primer
premio a la paella más grande y el segundo recayó en el PSOE.
«Igualito que en las elecciones», bromeaba el alcalde Rotger. Y es
que el encuentro de los políticos en Santa Magdalena no tiene
desperdicio. La situación tirante, más desde que el PSM destapara
el escándalo de Blanca Iglesias, se nota pero intentan sacarle
punta. Así, el alcalde Pere Rotger y la portavoz del PSM, Xisca
Vives, bromeaban sobre la posibilidad de que ella trabajara como
regidora para Rotger. «En el fondo me aprecias», le decía Vives a
Rotger. «Sí, pero muy en el fondo», contestaba el alcalde.
Cada agrupación política monta su corrillo y participa del
concurso de paellas donde este año no faltó la voz crítica del
Ateneo Gabriel Buades que preparó un arroz negro antiautovía. «Es
muy bueno -comentaba el jurado del concurso-, pero es una pena que
hayan utilizado arroz largo, no se puede llevar el premio». La
verdad es que la agrupación ya contaba con que no le caería
premio.
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