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El hacinamiento de inmigrantes en ciertas viviendas de Inca se puso de manifiesto en la pasada sesión plenaria.

El alcalde Pere Rotger firmó un decreto ordenando que se tomen las medidas necesarias de habitabilidad, higiene y salubridad en una vivienda situada en la calle Andreu Caimari, ocupada por cuatro familias de marroquíes, en total 15 personas y que, según las denuncias que han llegado al Ajuntament de Inca, causan graves problemas de convivencia a los vecinos.

Según el informe de Servicios Sociales, el hacinamiento en esta vivienda produce problemas de higiene personal y colectivo al resto de la comunidad de vecinos y aseguran que se han realizado varias actuaciones que no han dado su fruto.

El alcalde Pere Rotger reconoció que «el problema que genera el hacinamiento en muchas viviendas de Inca es una cuestión complicada, ya que si esta gente no encuentra viviendas y tienen que meterse varias familias en una misma casa es un problema grave, pero si actuamos para evitarlo, en muchos casos provocaremos que estas personas se queden en medio de la calle». Esta es la razón, según el alcalde, de que el Ajuntament no controle ni actúe si no hay denuncias de vecinos que se quejen por las molestias que provoca el hecho de que, como en este caso, quince personas procedentes de cuatro familias diferentes convivan bajo un mismo techo y sólo lo haga si hay problemas de convivencia.