La belleza de las Fonts Ufanes llama la atención de los excursionistas que acuden a la finca, aunque ayer no se produjeron aglomeraciones. Foto:ELENA BALLESTERO

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La finca del Gabellí Petit en el término municipal de Campanet sufrió ayer un goteo incesante de visitas, excursionistas todos ellos que querían comprobar de cerca el resurgimiento de las Fonts Ufanes, un fenómeno hídrico que se produce sólo ocasionalmente, si bien este año es la cuarta vez. Las lluvias de los últimos días han hecho brotar las llamadas Fonts Ufanes, un espectáculo natural de gran belleza y que sólo durará unos días. Cumpliendo con lo que estipula la ley que protege las Fonts Ufanes desde el año 2001 en que fueron declaradas monumento natural, el dueño de la finca del Gabellí Petit permite el paso a pie hasta el encinar del que brotan espontáneamente las Ufanes desde ayer entre las 10 y las 17 horas y durante el mismo horario hoy domingo.

Técnicos del Govern balear vigilaron ayer los accesos a la finca en la que no se produjeron aglomeraciones como otros años. Los propietarios de Gabellí Petit ruegan respeto con el entorno y la propiedad privada a los visitantes. Además de numerosas parejas y algún grupo excursionista ayer pudieron verse jóvenes equipados para bajar el torrente de agua haciendo una especie de rafting con pequeñas tablas de surf y flotadores. Desde el año 2001 el surgimiento de las Fonts Ufanes se ha convertido en un fenómeno casi frecuente debido al alto índice de precipitaciones que se ha registrado en la Isla. No obstante en periodos de sequía es un fenómeno difícil de apreciar. De hecho entre 1996 y 2001 no brotaron las fuentes ni una sola vez.

Lo esporádico del fenómeno anima aún más a los visitantes a realizar la pequeña excursión a pie desde la ermita de Sant Miquel, en el término municipal de Campanet, hasta el encinar de la finca del Gabellí Petit en el que el agua surge de forma espontánea del mismo suelo formando un torrente de gran caudal. El paseo desde la entrada a la finca del Gabellí Petit hasta el encinar es llano y dura apenas 30 minutos. En los accesos a la finca hay durante el fin de semana vigilantes del Govern balear, que además de controlar a los excursionistas, también informan sobre el recorrido.