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XISCA FERRER
Los problemas que hasta ahora existían en la red de aguas de la Colònia de Sant Jordi que provocaron numerosas quejas vecinales a causa de los malos olores que desprendían en el regadío de las fincas con las aguas depuradas de la vieja y obsoleta estación, se han terminado debido a la ampliación que se ha llevado a cabo en la depuradora. Ahora podrá tratar un máximo de 4.500 metros cúbicos al día, suficientes para acoger las aguas residuales de la zona costera, sobre todo durante los meses de verano cuando en la Colònia hay 18.000 habitantes.

En la remodelada estación se aplicará el tratamiento terciario a las aguas, en el que se adopta un proceso combinado de media/baja carga de oxidación del carbono orgánico y de nitrificación-desnitrificación que es un proceso básico para conseguir que del agua residual saliente se pueda obtener agua depurada para regar. Las infraestructuras han sido terminadas en 10 meses, mucho antes del plazo previsto. La inversión de esta obra llevada a cabo por el Institut Balear de Sanejament (Ibasan) ha sido de 2.201.201 euros, cofinanciados por la Comunidad Europea.

Las obras de la depuradora de aguas fueron inauguradas ayer por el president del Govern de les Illes Balears, Jaume Matas. Al acto asistieron también el conseller de Medi Ambient, Jaume Font, y el alcalde de ses Salines, Sebastià Vidal, así como la directora del Ibasan, Bárbara Mestre. Vidal quiso remarcar que la ampliación de la depuradora era «una obra muy urgente y necesaria, aunque no esté a la vista de los ciudadanos», a causa de la densidad de población de la zona en verano.