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Una sesenta personas de la diferentes plataformas antiautovía intentaron durante la mañana de ayer parar las máquinas que desde hace unos 15 días trabajan para levantar la autovía Inca-sa Pobla. El objetivo principal de la concentración «sorpresa» falló y los concentrados tan sólo pudieron mostrar su desacuerdo con el proyecto viario.

El punto de la concentración fue en la destruida Teulera de sa Rotera, edificio que formaba parte de un conjunto de interés patrimonial de Campanet, donde acamparon una veintena de personas de Sineu, Inca, Costitx y Campanet. A partir de las diez de la mañana unos cuarenta campaneters se sumaron a la concentración con la intención de parar las obras, pero ayer -a diferencia de otros sábados- las máquinas no trabajaban.

En este sentido, la portavoz de la plataforma Sí desdoblament, Lucy Colier, explicó: «Nuestro objetivo era paralizar las obras ya que los político no nos hacen ni caso, pero cuando saben que hacemos algunas cosa paran las máquinas».

Los presentes quitaron importancia a la baja participación de vecinos afectados, señalando que la convocatoria se anunció con pocos días de antelación y además Campanet, que es el municipio más afectado, celebra la fiesta de Sant Victorià. Lo cierto también es que los vecinos están desanimados: «Los afectados ven que pierden el tiempo y los ánimos», comentaba Maria Mir, una de las expropiadas.

Los antiautovía lanzaron duras críticas a la actitud del PSIB-PSOE porque «no ha hecho nada para paralizar las obras».

La concentración se disolvió a las once. Ahora las plataformas tienen la mirada fijada en la concentración del 17 de julio.