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La Guardia Civil de Inca empezará a trasladar a algunos de sus 40 agentes a los puestos del cuerpo en Sineu y Binissalem al no poder soportar más el estado ruinoso de las instalaciones en las que trabaja en el cuartel General Luque, en la misma capital de es Raiguer.

El teniente Rueda, al mando de este puesto tras el traslado a Ibiza del capitán Jiménez, explica que han tomado esta decisión «porque ya no podemos más, se nos caen los despachos y así no se puede trabajar porque las condiciones son pésimas». El teniente recuerda que «como hace años que está previsto construir un nuevo cuartel, aquí no se hace ninguna mejora porque deben creer que no merece la pena».

De hecho, las instalaciones donde se encuentra la Guardia Civil en Inca son de propiedad municipal desde 1995, cuando el Ajuntament las adquirió al Ministerio de Defensa. Desde entonces el Ajuntament ha negociado con el Gobierno central la construcción de un nuevo cuartel sin que se haya colocado aun ni la primera piedra, y a pesar de que la reivindicación se remonta a años antes, cuando la Benemérita tuvo que abandonar sus dependencias en el Claustro de Sant Domingo, que también amenazaban ruina, para trasladarse a General Luque.