Durante su comparecencia, Cabrer explicó los trabajos de
urgencia que se están llevando a cabo para habilitar la línea
Inca-Manacor después el accidente ocurrido el 13 de marzo en Petra,
provocado por el desprendimiento de rocas sobre las vías, y que
dichas actuaciones se realizan en dos tramos diferenciados: la
Estación de Enlace-Sineu y Sineu -Manacor.
Según explicaciones de la consellera un centenar de operarios
está trabajando en las obras de mejora, que es el número máximo de
personas que puede operar en la zona por temas de operatividad
debido a la anchura de las vías y las características de los
taludes. Se está trabajando en 14 taludes. En el tramo de la
Estación de Enlace-Sineu los ingenieros y geólogos han localizado
diez zonas de trincheras que presentan problemas de estabilidad con
el peligro de desprendimiento de los taludes. En el tramo
Sineu-Manacor los técnicos han detectado siete zonas de trincheras
que presentan deficiencias, de las que cuatro destacan por su
peligrosidad: Sineu, Son Tey (donde se produjo el accidente), Petra
y Manacor. «Los taludes son muy verticales y altos provocando un
serio peligro de hundimiento de la vía».
La solución generalizada que se está llevando a cabo para la
mayoría de los tramos afectados consiste en la construcción de
muros de mampostería de acuerdo con el paisaje de la zona, «de
forma que se fijan los taludes y se elimina el peligro de
hundimiento». Indicaron que a todos estos muros se les dotará de un
sistema de drenage, «porque en los tramos afectados no estaba
completado y el agua que se acumulaba propiciaba una mayor
inestabilidad de los taludes». La consellera, que aclaró que las
obras no cuentan con un presupuesto cerrado por su carácter
urgente, destacó que se ha intentado reducir su impacto
medioambiental y paisajístico.
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