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La desestacionalización turística va marcha a atrás en Cala Millor. Actualmente hay un 65 por ciento menos de hoteles abiertos respecto al año 2002 y la situación «empeorará». El gerente de la asociación hotelera de la Badia de Cala Millor, Ignasi Umbert explica que una de las causas fue la mala experiencia de 2002.

«Fue un año muy malo y por esto los hoteles que el año pasado no cerraron tras el verano este año sí lo han hecho. Hay que tener en cuenta que mantener un hotel abierto en invierno es muy costoso porque hay más gastos de electricidad y mantenimiento de piscinas climatizadas, por ejemplo, y en cambio los precios son más bajos y los clientes tienen menos poder adquisitivo. Todo esto hace que los números no salgan». Para Umbert hay varios factores que han desembocado en esta crisis. La mala situación de la economía en Alemania, el miedo a volar tras el 11-S y el estancamiento de la oferta complementaria.

«Se había luchado mucho para desestacionalizar el turismo y en dos o tres años se ha ido al garete» explica Umbert para quien «uno de los fallos ha sido mantener la fidelidad a los alemanes, si hubiéramos intentado abrir otros mercados habríamos tenido alternativas a la crisis alemana pero ahora será muy difícil tener otros mercados».