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M.PUIGROS/M.NADAL
Santa Margalida vivió durante la noche de ayer con gran expectación y emoción su tradicional fiesta y procesión de la Beata. La lluvia que amenazó con no dejar realizar la fiesta y que finalmente deslució la procesión poco antes de terminarse, no impidió que multitud de personas de diversos lugares de la Isla se desplazasen hasta la Vila con la intención de ver la representación de la lucha entre el Bien y el Mal que realizan los vilers de Santa Catalina Tomás.

Una hora antes de la celebración de la tradicional procesión, las calles de la Vila ya estaban llenas de gente del pueblo y de otros municipios vecinos para poder gozar de un sitio privilegiado a la hora de ver pasar la procesión que tanta devoción despierta en los habitantes de Santa Margalida. Pere Rotger, presidente del Parlament de les Illes Balears; Rosa Estaràs, vicepresidenta del Govern balear; los consellers Joan Flaquer, Jaume Font y José Maria Rodríguez; Dolça Mulet, vicepresidenta del Consell Insular, y Miquel Ramis, delegado del Gobierno, así como los alcaldes de sa Pobla, Llubí y Lloret, se desplazaron hasta Santa Margalida para acompañar al alcalde Antoni del Olmo y al resto de su Consistorio en esta fiesta de la Beata.

El momento de mayor expectación de la procesión fue cuando el Dimoni Major empezó a romper, ante la mirada de la Beata, las jarras de los payeses. Durante las fiestas de la Beata, se han sucedido una serie de acontecimientos que han provocado las críticas del PSOE. Los socialistas criticaron duramente que sonara el «Cara al sol» que empezó a sonar durante la celebración de un acto festivo.