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El concejal de Urbanismo, Joan Massot, firmó ayer el decreto de paralización de las obras de «reforma y ampliación» de la piscifactoría del Port, impulsadas por la Conselleria d'Agricultura i Pesca. Tras el informe de un celador municipal, el Ajuntament abrió un expediente sancionador tras comprobar que las obras ejecutadas, consistentes en la demolición integral del edificio, no se ajustaban a la licencia aprobada por la Comisión de Gobierno día 10 de diciembre de 2002.

En opinión de Massot, este «es un ejemplo claro de lo que no debería pasar». «La Conselleria no debería haber realizado esta demolición, pues si después de comenzar las obras se encontró con dificultades imprevistas podía haber solicitado revisar el proyecto, pero no tirar por este camino». Fuentes de la Conselleria d'Agricultura explicaron ayer que este departamento presentará alegaciones a la orden de paralización de las obras, así como una modificación del proyecto. También señalaron que las obras a realizar no «alterarán ni el volumen ni el perímetro de los parámetros urbanísticos» previstos.

El proyecto inicial preveía demoler los muros del edificio y sustituirlos por pilares y muros de hormigón armado, así como el 50% de las cubiertas. Sin embargo, una vez iniciadas las obras se comprobó que el resto del forjado estaba peor de lo previsto y que incluso había «un riesgo excesivo para los trabajadores», de ahí que se decidiera proceder a la demolición integral.