Las obras de la variante de Vilafranca son las que mayor retraso han sufrido.

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A finales del próximo mes de febrero, está previsto que finalicen, por fin, las obras de las variantes de Vilafranca y Capdepera. Éstas se han prolongado durante casi tres años y han sido precisas dos prórrogas para las ejecución de las actuaciones.

Los proyectos, junto con el desdoblamiento de la carretera de Son Ferriol en Ciutat, debían haber concluido a finales de 2001, pero ha sido necesario año y medio más para que la Unión Temporal de Empresas (UTE) Baseosa SAT ejecutase las obras viales.

Los tres proyectos son los primeros del polémico convenio de carreteras suscrito con la Administración central que financia el Ministerio de Fomento en Mallorca.

Joan Cifre, jefe del Departament d'Obres Públiques, explica a este diario que el retraso se debe en gran parte a las modificaciones introducidas en los proyectos. El Ministerio tardó bastante tiempo en dar luz verde a los cambios.

La variante de Vilafranca constituye una alternativa a la actual travesía urbana. La nueva carretera tiene 4 kilómetros de longitud. En esta vía de circunvalación se modificó el perfil longitudinal. Se preveían unos terraplenes bastante altos, que finalmente se han rebajado para disminuir el impacto. Además, se ha añadido un paso inferior en Son Ramon.

Para concluir la carretera, falta la última capa de rodadura, así como la instalación de una viga de un puente.

La construcción de la variante de Capdepera, por otro lado, ha permitido la descongestión del núcleo urbano de la localidad, así como una mejor comunicación con el centro turístico de Cala Rajada. La longitud del tramo es de 2'2 kilómetros. Ya está operativa, pero las obras no han concluido. En este proyecto de la variante de Capdepera también se modificó el diseño de las rotondas.

Las lluvias de las últimas semanas han impedido echar la última capa de rodadura en la carretera y realizar los remates.