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Los productos cítricos del valle de Sóller sufren un año más las consecuencias de los bajos precios, especialmente la clementina. Varios payeses han comentado a este periódico que prefieren dejar perder la producción puesto que los precios que se pagan no compensan el esfuerzo y el trabajo realizado por la recogida y transporte. Los payeses aseguran que en estos momentos cobran el kilo de clementinas a 15 céntimos de euro, pero una vez descontados los gastos sólo queda un beneficio neto de unos 5 céntimos.

Responsables de la Cooperativa Sant Bartomeu de Sóller han asegurado que esta situación «es de crisis». Los precios han bajado hasta tal extremo que muchos productores han recibido la orden de no recoger más, «con lo que muchos huertos se llenan de clementinas que se pudren».

Los productores consultados por este periódico consideran que se debería intentar alcanzar un acuerdo con las grandes superficies comerciales «para dar salida a los productos autóctonos en detrimento de las clementinas y otros cítricos importados de la Península, en muchas ocasiones de peor calidad». También se ha propuesto que el Govern destine una subvención para arrancar el exceso de frutales existentes en el valle.

Por otra parte, el consejo de administración de la Cooperativa Sant Bartomeu se ha planteado la posibilidad de abandonar la sociedad agrícola de transformación de Fruita Bona «dado el escaso beneficio que obtienen los payeses», han indicado fuentes de la propia cooperativa, que han asegurado que ésta sería una decisión a tomar si fracasan las negociaciones que se puedan mantener para buscar soluciones favorables para ambas partes.

Otra fruta cítrica que en esta época del año tiene problemas de mercado es el limón, que a pesar de ofrecer una excelente calidad sale a la venta con precios muy bajos, por lo que muchos agricultores ya no los recogen.