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La Direcció General de Recursos Hídrics del Govern proyecta descubrir la desembocadura del torrente de Can Botana para prevenir así futuras inundaciones en Cala Molins. El actual cauce torrencial se estrecha en los últimos metros antes de llegar al mar y además transcurre soterrado y desviado. El concejal de Medio Ambiente de Pollença, Gabriel Cerdà, se reunió el pasado martes con los responsables de Recursos Hídrics para definir una postura común que permita paliar los efectos del último temporal que afectó a la cala y prevenir futuras inundaciones.

Según explicó ayer Biel Cerdà, la Conselleria de Medi Ambient ya dispone del proyecto para descubrir la desembocadura del torrente, que tuvo que ser apuntalada tras el temporal del 13 de septiembre. El proyecto tendrá un coste de 300.000 euros y, según el concejal, el Govern busca ahora la manera de financiarlo. El torrente de Can Botana tiene un cauce bien definido al pie de la montaña, por lo que solo presenta problemas en su desembocadura y es que hace años que su cauce fue desviado y soterrado en los últimos metros para evitar que las aguas fueran a dar a la playa.

Así las cosas, el torrente pasa por debajo de una zona asfaltada que se utiliza como aparcamiento y de la pequeña carretera que se dirige a Cala Carbó. La idea radica en desmontar el aparcamiento y soterrar únicamente el cauce a su paso bajo la carretera. Este último tramo soterrado presenta muy malas condiciones después del último desbordamiento, lo que ha obligado a cerrar algún pequeño puente.