El Consistorio decidió en 2000 subarrendar el edificio al empresario taurino Manolo Martín.

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Pere Rotger aseguró que está dispuesto a estudiar nuevas fórmulas para que el Ajuntament incremente el uso que hace de la plaza de toros. El alcalde hizo estas declaraciones después que durante el pleno de ayer desde la oposición se lamentase que la plaza abriese sus puertas sólo para la corrida de las fiestas patronales de San Abdón y San Senén. Desde la Agrupació Independents d'Inca se propuso que el Consistorio buscase una solución para que «el emblemático edificio de la plaza de toros no se convierta en la plaza de hace unos años, cuando no se hacía absolutamente nada en ella».

Ante esta petición, Rotger recordó que la plaza es una propiedad privada en la que hace unos años, el Ajuntament decidió invertir dinero para que las singulares instalaciones no se estropearán y pudiesen ser utilizables. El alcalde popular tiene una idea muy clara del coso: «La plaza es como un pozo sin fondo, ya que cada vez que organizamos algún acto, perdemos dinero». También explicó que en distintas ocasiones su grupo ha intentado, sin éxito, llegar a un acuerdo con algunas empresas de espectáculos para tratar de que sean éstas las que se encargue de organizar actos en el coso taurino. Ante estas declaraciones, la oposición alegó que «si los espectáculos rentables se llevan al polideportivo Mateu Canyelles y a la plaza sólo se llevan actos de poca envergadura es normal que ésta no funcione».

Además, se recordó que si el Ajuntament invierte dinero en otras propiedades privadas, como Cas Metge Cifre, no hay problema para que pueda hacerlo también en revitalizar la plaza de toros. Los propietarios de la plaza la tienen alquilada al Ajuntament d'Inca, que la subarrendó hace unos años al empresario taurino Manolo Martín. En la actualidad es este empresario quien gestiona el edificio y ha asumido las obras necesarias para poder celebrar en él la corrida de San Abdón.