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La extracción de arena de la costa de Banyalbufar para la regeneración de las playas de Mallorca practicada por la Demarcación de Costas podría haber causado mayor impacto del previsto «al haberse desviado de las recomendaciones del Imedea para minimizar su impacto sobre los fondos marinos». Así lo afirman los investigadores del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (Imedea) Carlos Duarte y Núria Marbá, autores de un informe encargado por Costas en el que se delineaba el polígono dentro del que debía realizarse la extracción y se recomendaba que la profundidad del dragado en el sedimento fuese de 30 centímetros.

Una prospección preliminar del área de la que se extrajeron materiales para la regeneración de las playas «aporta evidencias de que la capa de sedimentos extraídos ha superado con creces los 50 centímetros e, incluso, un metro de profundidad en algunos puntos», según la nota informativa remitida por la Universitat de les Illes Baleares.

En opinión de Duarte, el impacto causado por esta extracción podría redundar en que el tiempo necesario para la recuperación de los fondos marinos «sea superior a lo esperado».

El investigador aconseja acometer cuanto antes un estudio de seguimiento, que debería haberse iniciado inmediatamente después de la extracción, para evaluar el impacto y destaca la importancia de que se establezca una moratoria de 20 años sobre extracciones futuras en esta zona que permita la completa recuperación de los fondos marinos.