Majórica prohíbe que los empleados se manifiesten en sus instalaciones

Después de dos semanas de movilizaciones y huelgas de los empleados de Majórica joyas para exigir una solución al conflicto, para los trabajadores, la única respuesta obtenida por parte de la dirección de la empresa ha sido una nota de represión. De hecho, ayer se detectó un fuerte aumento de presencia policial ante las puertas de la tienda.

Un comunicado firmado por Carlos Casals, director general de Majórica, fue emitido ayer por la mañana a los distintos departamentos de la industria. El escrito apuntaba que «ante los últimos acontecimientos que están siendo provocados en las instalaciones propiedad de Majórica e instigados por personas ajenas de la empresa y de dudosas intenciones, le recordamos que ningún empleado, ni otra persona tercera, está autorizada, sin previo consentimiento por escrito de la dirección de la compañía, a realizar acciones conjuntas mediante manifestaciones dentro de las instalaciones de la propiedad de Majórica, que pueden perturbar el normal funcionamiento de la empresa». Este comunicado ha sido la gota que ha colmado el vaso, porque los trabajadores intentan a través de sus movilizaciones que la empresa reaccione y quiera llegar a un entendimiento.

El comité de Majórica Joyas presentó una carta a Casals para exigir que se paguen «los salarios íntegros cada final de mes y el aumento que nos corresponde desde primeros del año 2002, según el convenio colectivo del metal de las Illes Balears, firmado, consensuado y vigente hasta el final del 2002». También expresa que «si día 26 de junio, no tenemos en nuestras manos un verdadero plan de viabilidad, continuidad y estabilidad de Majórica haremos una huelga de ocho horas los días 27 y 28 del presente mes».