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Los componentes de las comparsas de disfraces más importantes de Felanitx, que el pasado sábado no pudieron desfilar a causa de la lluvia, sostienen que la participación en la tradicional Rua descenderá a la mitad cuando se celebre el sábado de Cuaresma. Las razones que arguyen los participantes son varias. Por una parte, son pocos los que no se disfrazarán porque la Rua se celebre en Cuaresma. Ayer, muchos de éstos aún no sabían qué hacer. Sus dudas radican en que además de participar en el desfile de disfraces, forman parte de cofradías de penitentes durante la Semana Santa.

Desde la comparsa del Bar Gomila y la de Can Moix sostienen que habrá mucha gente que no se disfrazará porque muchos participantes están estudiando fuera de Mallorca y ya se han marchado, otros se han ido de vacaciones aprovechando el puente del día 1 o porque simplemente ya no tienen ganas de fiesta. «Nosotros nos disfrazaremos pero seremos muy pocos, no será lo mismo el sábado que viene aunque pasamos mucho del contenido religioso del carnaval; lo hacemos para divertirnos y ya nos lo pasamos bien el sábado pasado aunque no se celebró el desfile», comentan Paco Gómez y Guillem Grimalt, miembros de la comparsa del Bar Can Moix.

La comparsa del bar Can Moix participa en la Rua para pasarlo bien y no por su connotación religiosa, ya que según comentan «pasamos mucho». Sin embargo, los de Can Moix aplican aquello predicar con el ejemplo ya que, según explican Paco y Guillem, «pensamos que el Ajuntament debería anular la Rua y enviar el dinero de los premios (330.000 pesetas) a los afectados por el terremoto del Salvador».

De hecho, la comparsa de Can Moix, exceptuando una vez que se fueron a cenar, han utilizado el dinero que han ganado en los distintos carnavales para fines solidarios. Hace dos años con el primer premio del Ajuntament y el de una discoteca de Portocolom, con los que ganaron 110.000 pesetas, apadrinaron una niña peruana de seis años, Nanci Paola, que recibe cada mes tres mil pesetas «hasta que se acaben las del premio, después seguiremos pagando», explican. Al año siguiente enviaron las 70.000 pesetas del premio a Etiopía a través de la Cruz Roja.