Los diez ancianos fueron desalojados a últimas horas de la noche. Foto: P.P.A.

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P. P. ALORDA/E. BALLESTERO El Govern de les Illes Balears ordenó ayer el cierre de una residencia clandestina de ancianos que funcionaba sin licencia en Binissalem desde hace cuatro meses. Horas más tarde a la resolución de la Conselleria de Benestar Social, se ordenó el desalojo del geriátrico. Anteriormente, el arquitecto municipal emitió un informe señalando la ruina del inmueble.

Varias ambulancias intervinieron anoche en el traslado de los internos. Seis de ellos fueron trasladados a la residencia Fabiola de Portals y los otros cuatro quedaron colocados en domicilios de familiares. El director general de Serveis Socials, Antoni Sancho, estuvo presente en el centro geriátrico mientras los servicios asistenciales procedían a recoger los enseres de los residentes y los trasladaban en ambulancia a sus domicilios de acogida. Mientras, los propietarios del centro asumían que los trámites administrativos habían sido «incorrectos» pero mantenían que no se fiaban de la opinión del arquitecto municipal. Asimismo, algún familiar manifestó que a su entender se había exagerado la situación. Los diez ancianos compartían habitación y baños en un edificio en obras. La mayoría de tabiques están inacabados, al igual que los baños y la cocina.

El caso ha sido trasladado al Juzgado de Instrucción número 1 de Inca, que investigará si existe responsabilidad penal por parte de los propietarios. Las primeras investigaciones revelan que Amparo Benítez y Antonio Benito, propietarios de la residencia ilegal «Las abuelas», clausurada por orden del Govern de les Illes Balears hace solo unos meses en Palma, decidieron trasladar su actividad a Binissalem a pesar de no contar con los permisos pertinentes, en el momento que se precintó su residencia palmesana.

Los diez ancianos que residían en la residencia ilegal de Binissalem pagaban entre 60.000 y 125.000 pesetas al mes y son los mismos que vivían en la residencia de Palma, algunos de ellos desde hace más de tres años. Cuatro están impedidos y los otros seis presentan síntomas de demencia senil.