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«Si los caravanistas no se marchan, la Conselleria de Turisme podría multarnos de nuevo y ordenar el cierre definitivo del cámping por incumplimiento de la orden de suspensión temporal de actividades que dictó hace un mes». Fuentes de la propiedad de la empresa Algebelí SA, propietaria del Cámping Club Platja Blava, manifestaron ayer: «Durante un periodo de seis meses no podemos dar servicio a nadie».

El consejero delegado de la empresa, Simó Escales, aseguró que «esto es una empresa privada y si ésta decide que los clientes se tienen que marchar, lo lógico es que lo hagan, puesto que no existe ningún tipo de contrato con los inquilinos que obligue a nada». Según Escales, «la empresa ha dado un plazo de un mes a los caravanistas para que retiren sus propiedades del cámping». «Si no lo hicieran, no descartamos acudir a los tribunales, aunque en principio esperamos no vernos obligados a ello».

Escales aseguró que en el recinto del cámping se tienen que llevar a cabo una serie de obras y mejoras, imposibles de realizar con las caravanas dentro. «Es necesario asfaltar los viales, mejorar el alumbrado y adaptar el cámping a las normas dictadas por Turisme», agregó. No obstante, el consejero delegado dijo entender «los problemas que puede crear a sus clientes el hecho de tener que sacar las caravanas del lugar sin disponer de otro recinto en toda la Isla donde acampar legalmente».

Escales aseguró que «si dentro de seis meses la Conselleria de Turisme permite abrir de nuevo no habrá ningún problema en alojar a estos caravanistas. Siempre y cuando se adapten a las nuevas normas». Esto es precisamente lo que «dudan» los alrededor de 60 caravanistas que están obligados a marcharse del lugar. «Nos echan porque quieren construir un club de vacaciones en donde no habrá lugar para las caravanas», aseguran. Los caravanistas han puesto una querella contra Algebelí SA por coacción, amenazas e insultos, y aseguran estar a la espera de lo que dictamine el juez.