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JOSEP MARIA SASTRE Los tiempos están cambiando, ya lo decía Bob Dylan. Las salas de cine más emblemáticas y con más solera de Mallorca están desapareciendo. El próximo martes por la noche el cine Goya de Manacor se añadirá a esta larga lista y, después de 43 años de actividad, clausurará sus puertas.

La actual dirección de la emblemática sala comenzó en el año 1989. Dos de sus integrantes, Rafel Muntaner y Gabriel Galmés, explican con amargura que «la falta de concesión de películas de cabecera en estreno hace que el público no acuda a los pases». Prueba evidente de ello es que el día que proyectaron su primer filme asistieron 514 personas y el pasado domingo en el patio de butacas, sólo había 54.

«Las películas que podemos tener en estreno son de tercer orden y por esta razón el público no viene; es normal», explican Gabriel y Rafel. Lo que no puede reprocharse a los actuales encargados del cine es que lo tuvieran descuidado. Hace unos ocho años que cambiaron todas las butacas y este mismo verano se gastaron seis millones de pesetas en poner sonido Dolby estéreo y otras prestaciones de la sala. En este sentido, Gabriel señala que «realizamos esta inversión hace unos meses porque no pensábamos que íbamos a cerrar, ya que nos habían prometido que repartirían las películas de estreno, pero no ha sido así».

Con la clausura del cine Goya serán muchos los manacorins que recordarán aquellos tiempos en que asistían a la sala para ver cómo Dalila cortaba el pelo a Sansón o Escarlata O'Hara gritaba: «Juro que jamás volveré a pasar hambre». Con el cierre de esta emblemática sala concluye un ciclo. Gabriel, Rafel y sus socios han tomado la decisión de cerrar porque «lo que no puede ser es perder dinero, no es que ganáramos mucho porque entre que pagas las facturas, el personal y lo que repartíamos entre nosotros tampoco quedaba mucho, pero nos gustaba este proyecto», explican.