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El planeamiento de este municipio de la Serra de Tramuntana ya había sido aprobado de forma inicial y ahora debe ser la Comissió Insular d'Urbanisme la que dé luz verde definitivamente a las normativa que regirá el urbanismo del municipio. Manuel Romero, alcalde del municipio, manifiesta su satisfacción por la aprobación de las normas urbanísticas, una asignatura pendiente del Ajuntament que intenta sacarlas adelante desde 1997.

Uno de los aspectos más importantes de este planeamiento es que no se amplía el caso urbano de la localidad. Solamente se llevará a cabo una modificación puntual de las normas urbanísticas cuando el Ajuntament encuentre suelo urbano para la construcción de viviendas sociales. «Uno de nuestros objetivos es negociar la compra o la permuta de solares para poder construir viviendas para la gente joven del municipio», indica Manuel Romero, quien ya manifestó este deseo de facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes al tomar posesión del cargo como alcalde. El elevado coste de las viviendas en este municipio impide que los jóvenes puedan adquirir un inmueble en su propia localidad. Además, con la decisión de no ampliar el casco urbano, el Ajuntament quiere evitar la especulación.

Con respecto a Son Bunyola, la finca del magnate británico Richard Branson, el alcalde aseguró que mantiene como suelo rústico: «En su día se planteó considerar Son Bunyola como casco urbano para ampliar el entorno de la finca, pero se desestimó. Se mantiene el proyecto de un hotel con oferta diferenciada de volumen reducido». El planeamiento se ha adaptado a las Directrices de Ordenación y contiene un inventario de sus construcciones.