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MARIA FRANCISCA CERDÓ Casi todos los vecinos de Son Servera coinciden en que el Govern debe hacer un esfuerzo e informar de qué significa una declaración de parque natural para la península de Artà y qué consecuencias puede tener. También creen que los incidentes del jueves, que concluyeron con insultos hacia el alcalde y la imposibilidad de celebrar un pleno, no hubieran acontecido de haber habido una mayor y mejor información.

En lo que ya no hay coincidencia es a la hora de rechazar el tumulto y los insultos. Una parte, mayoritariamente jóvenes, rechazan rotundamente los incidentes, al margen de estar a favor o en contra del parque. Otra, con predominio de las personas mayores, justifica los sucedido y se pronuncia adverso a la mayor protección de la península de Artà. Este colectivo prefirió no dejarse fotografiar en la encuesta que realizó este periódico, aunque sí dio su opinión.

Rafel Bauzà dijo que «el pueblo se exaltó con motivo» y acusó al alcalde «de no colaborar». Amador Servera niega que hubiera violencia: «No se llegó a tocar a nadie aunque hubiera muchas ganas de ello». Otros vecinos, que quieren el anonimato, dicen no tener intereses políticos («sólo defender nuestras tierras») y acusan al batle de haber usado la televisión local a su conveniencia y de forma chulesca.