Josep Buades, uno de los socios expulsados que debe ser readmitido por el Club Náutico de s'Estanyol, forcejea con el vigilante de seguridad. FOTO: J.M.

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M. BAUÇÀ/C. VENY La directiva del Club Náutico de s'Estanyol no atendió al portavoz del Govern e impidió que los socios asistentes a la asamblea, unos 70 aproximadamente, que pudieran conocer en primera persona el mensaje que llevaba Miquel Rosselló, jefe del gabinete de la Conselleria de Benestar Social. Tras el fracasado intento de diálogo, la asamblea, en la que estaba prevista la expulsión de tres socios, comenzó con aplausos que pudieron oírse desde el exterior. El portavoz de la directiva del club, Marcos Sastre, señaló que «la asamblea ha sido convocada legalmente» y agregó que «el Govern no tiene ninguna competencia en este asunto» que la junta considera «muy politizado». El portavoz del club no reconoció la autoridad de Rosselló y dijo que «el único que puede entrar en las cuestiones del club es el juez». «Nos negamos a que el Govern se inmiscuya en nuestros asuntos privados».

Miquel Rosselló se mostró «indignadísimo» y lamentó la actitud de los responsables del club, anunciando que la Conselleria «demandará por desacato a la directiva, alegando como agravante la celebración de la asamblea de hoy (por ayer)».

Ante la posibilidad de que pudieran producirse incidentes, el Govern solicitó a la Delegación del Gobierno que garantizara la seguridad. Así, una pareja de la Guardia Civil acompañó a Rosselló con una finalidad disuasoria. Rosselló lamentó posteriormente que de haber existido una policía autonómica, como los Mossos d'Esquadra, se podría haber obligado la entrada del representante del Govern a la asamblea.

En el exterior, unos 25 vecinos de s'Estanyol siguieron de cerca la movida. Josep Buades, uno de los socios expulsados hace años de forma ilegal según el comité disciplinario, mantuvo un enfrentamiento con el vigilante que controla el acceso al club. Mientras se produjo el leve forcejeo, los dos agentes de la Benemérita optaron por no intervenir. Finalmente, Buades accedió a la zona pública del club.

El ambiente crispado fue el denominador común en las puertas de la sede social del Club Náutico de s'Estanyol durante más de una hora. Rosselló, que anunció que la consellera Caro estaba dispuesta a reunirse mañana con los directivos del club «para buscar una solución», marchó visiblemente disgustado.

La problemática del club náutico comenzó cuando un grupo de socios se opusieron a la ampliación del puerto deportivo.