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El Ajuntament de Manacor rindió ayer un emotivo homenaje a las hermanas de la Caridad, que a finales de año abandonarán la residencia municipal. La fiesta tuvo lugar en el recinto geriátrico de la ciudad.

Las hermanas de la Caridad de la Residencia de Personas Mayores de Manacor fueron homenajeadas como señal de gratitud por sus cien años de dedicación a las personas mayores del municipio.

El acto consistió en una misa solemne a cargo del sacerdote del Centro Asistencial de Personas Mayores, Miquel Febrer, y tres sacerdotes más. Posteriormente, se hizo entrega a la superiora del convento, Sor Magdalena, de una placa y de varios obsequios por parte del alcalde Miquel Riera y del delegado de Beniestar Social, Miquel Vives.

Los ancianos residentes en el centro, las hermanas de la Caridad y las autoridades locales, acompañados de familiares, amigos y los trabajadores de la residencia, pudieron disfrutar de una merienda que se llevó a cabo en el patio del centro.

Las hermanas de la Caridad dejarán el centro asistencial a finales de año, cuando el Ajuntament de Manacor haya conseguido ampliar la plantilla para ocupar las siete plazas que las religiosas dejarán vacantes.

La superiora general de las Hermanas de la Caridad de Sant Vicenç de Paül, sor Maria del Pilar Bosch Cladera, remitió el pasado 14 de septiembre un escrito al alcalde de Manacor, Miquel Riera, explicando los motivos por los que las religiosas dejan el centro: «la falta de vocación y, por tanto, de personal son evidentes». El homenaje a las hermanas de la Caridad fue multitudinario y contó con una amplia representación del Consistorio de Manacor, tanto del equipo de gobierno como de la oposición.