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Unas 20 personas se concentraron ayer al mediodía en la plaza de Fornalutx para protestar por la celebración del tradicional correbou. La convocatoria surgida de la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA) apenas consiguió movilizar a dos decenas de activistas, aunque entre ellos no abundaron las caras de quienes viven en el pueblo.

Los portavoces de los manifestantes indicaron el objetivo de su movilización es «seguir luchando para que desaparezca una fiesta que hoy ya no tiene sentido». Las mismas fuentes apuntaron que es muy difícil de entender que un ayuntamiento con una mayoría ecologista, progresista y nacionalista «permita y subvencione una fiesta en la que un animal sufre».

Por su parte, el concejal de Medi Ambient, Onofre Bisbal (Els Verds), comentó a este periódico que «todo el mundo tiene derecho a manifestarse y expresar su opinión» y valoró positivamente la ausencia de incidentes. Sin embargo, Bisbal consideró exagerado que una decena de agentes de la Guardia Civil se hubiera desplazado a Fornalutx.