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Una empresa especializada en el control de plagas está realizando un tratamiento en el exterior de la parroquia de Santa Maria la Major con el fin de impedir la entrada de las termitas en el templo. Paralelamente, se deberá iniciar otro tratamiento de erradicación y se tendrá que restaurar el retablo de la capilla del Sant Crist, que ya ha sido dañado por la plaga de termitas que afecta a la parroquia de Santa Maria la Major. El presupuesto que ha elaborado la comisión económica de la parroquia asciende a más de ocho millones de pesetas, y prevé, además, dar una imprimición a los demás retablos de la iglesia para prevenir que sean atacados por las termitas.

El párroco, Jaume Puigserver, cree que las termitas provienen de las casas que estaban pegadas al templo y que se derribaron para poder completar la construcción de la plaza. «Las termitas, que comen madera, se encontraron sin alimento, y el lugar más próximo donde había más madera era la capilla del Sant Crist», comenta Puigserver. Uno de los técnicos que por el momento están trabajando en el exterior del edificio comentó que «es posible que la fuente que se ha instalado en la plaza ayude aún más a propagar la plaga, no sólo en la iglesia, sino en todos los edificios de los alrededores, ya que a las termitas les encanta la humedad».