En la imagen, una de las cuatro construcciones de Llucalcari que el Tribunal Supremo ha ordenado demoler.

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Los representantes legales de la sociedad Es Bancals y del ex diplomático y escritor Fernando Schwartz, dueños de los chalets (tres y uno, respectivamente) afectados por el fallo del Supremo, presentaron ayer ante varios ayuntamientos y la Delegación del Gobierno denuncias correspondientes a 23 edificios construidos en la Serra de Tramuntana «que se encuentran en idéntica situación legal que las de Llucalcari». Los propietarios exigen «la demolición de las casas denunciadas».

Según los afectados por la reciente sentencia del Supremo, las 23 casas denunciadas fueron edificadas con posterioridad a la promulgación de la Ley de Patrimonio de 1985. Schwartz comentó a este periódico que algunos de estos inmuebles están en los municipios de Esporles y Valldemossa.

Tanto el ex diplomático como Es Bancals SA han presentado un recurso ante el Tribunal Constitucional, que aún no ha sido admitido a trámite, con el fin de evitar la demolición. Schwartz enumeró que el recurso plantea que en todo el expediente que derivó en las anteriores sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Balears y del Supremo ha habido «violación de la seguridad jurídica y discriminación».

Los afectados de Llucalcari se sienten objeto de «una situación creada en torno a rencillas particulares» en las que no han intervenido y de la que responsabilizan al GOB. Para los dueños de los chalets es «un insulto a la estética y al conservacionismo medioambiental» la pretensión de demolición de sus casas «mientras se toleran verdaderos desaguisados urbanísticos en la Serra».