En septiembre de 1996 ya se procedió a subsanar una serie de deficiencias en el tejado del colegio público Jaume III. Foto: JOANA NICOLAU.

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La Conselleria d'Educació ordenó ayer el desalojo de cuatro aulas del colegio Jaume III de Llucmajor ante la falta de seguridad que ofrece el edificio. Esta medida afectó a unos 120 alumnos, pertenecientes a cuatro cursos de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Toda una ala del centro escolar quedó clausurada debido a que el pasado jueves se cayó una verja protectora y se percataron que una pared se mueve porque está agrietada. Asimismo, las vigas de madera de dos aulas están en muy mal estado.

El pasado viernes, el arquitecto municipal inspeccionó el centro, advirtiendo de la peligrosidad del edificio, solicitando entonces una visita de los inspectores de la Conselleria d'Educació. Ayer, los técnicos e inspectores de Educació recorrieron el colegio en compañía del alcalde, Gaspar Oliver, y el arquitecto municipal, decidiendo desalojar las cuatro aulas.

Los pasados jueves y viernes, se tuvieron que agrupar los cursos para salir del paso y en varias clases se llegaron a concentrar hasta 60 alumnos.

Los padres, según explicó Jerònima Calafat, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), no están dispuestos a permitir que sus hijos vuelvan a clase en estas condiciones. «Si mañana (por hoy) no se hay un emplazamiento adecuado, el AMPA se negará a que los alumnos entren en clase», manifestó.

El consejo escolar reprueba a la Conselleria d'Educació El consejo escolar del colegio Jaume III de Llucmajor se reunió ayer para analizar la situación tras el desalojo de cuatro aulas. Este organismo formado por padres, alumnos, profesores, personal no docente y Administración aprobó reprobar la actitud de la Conselleria d'Educació por como ha llevado el tema de las obras del centro.

La polémica de este centro se originó en 1996, cuando la entonces Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Cultura quería derribarlo y hacer un centro nuevo. Con la llegada del PP al Gobierno, el MEC decidió hacer una reforma con 4 fases para conservar un centro de gran valor al ser construido por el arquitecto Guillem Forteza.