San Sebastián, un icono y mil significados

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Esta semana saltaba la polémica por el cartel que había lanzado Podemos para la fiesta de Sant Sebastià LGTBIQ+ que celebrará esta tarde en la plaza Santa Eulàlia. La obra de Lluïsa Febrer ha levantado ampollas: su propuesta pasa por un Sant Sebastià cuyos genitales se han convertido en una sobrasada, ante la mirada lasciva de unos dimonis, con una versión femenina desdoblada. Y un dios que desde arriba maneja la fiesta a través de los platos de DJ, acompañado de un ángel con genitales masculinos y femeninos. Las denuncias de Abogados Cristianos y el diputado de Vox en el Congreso Jorge Campos han caldeado el ambiente de una fiesta organizada por un partido político.

Aunque la imagen de Sant Sebastià lleva siglos usándose como un icono reivindicativo, casi siempre vinculado al colectivo gay, también se puede convertir en una figura reivindicativa. En esta misma edición y con solo unos días de diferencia, Més, Esquerra Unida y Sumar han presentado un cartel para su propia Revetlla, que se celebrará este domingo en la Plaça del Mercat, convertido en un mártir de la gentrificación y los altos precios de la vivienda. En este caso no se conocen quejas.

Antoni Febrer, con su cartel de las fiestas de 2006
Antoni Febrer con el cartel.

No es la primera controversia en torno a un cartel festivo del patrón de Palma. Comparten apellido pero son familia. Antoni Febrer se vio envuelto en la polémica sin comerlo ni beberlo hace ahora 20 años. Fue ganador del concurso de carteles de la Revetlla del 2006 y tuvo la osadía de hacer una fotografía a un trozo de longaniza pasada por el fuego a la que se le clavaban tres mondadientes. Una propuesta minimalista en la que confluían el carácter tradicional y religioso con la fiesta y la gastronomía. Las críticas, que las hubo, fueron furibundas.

«La alcaldesa de Palma en aquel momento era Catalina Cirer y resulta curioso que acusaran a un gobierno del PP de sacar un póster frivolizaba la fiesta, decían que se reía del santo», recuerda Antoni Febrer. Las quejas llegaron del propio PP pero también del concejal de Esquerra Unida Eberhard Grosske, «se quejó de que era poco respetuoso con la figura del santo. Yo creo que tenía un motivo para dar caña a la alcaldesa».

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Las críticas de algunos columnistas de la prensa balear fueron muy acentuadas pero, aún así, reconoce que «había más libertad. No había faltas de respeto, las redes sociales estaban muy verdes. No entiendo porque ahora se ponen así por la visión del artista. No es el cartel oficial y es verdad que es transgresor, pero no ofensivo. Te puede gustar más o menos», dice refiriéndose a la propuesta de Lluïsa Febrer.

El martirio de Sant Sebastià, representado como un atlético hombre joven, prácticamente desnudo y solo tapado por una escueta túnica sagrada, siempre ha llamado la atención. Incluso uno de sus cuadros del Museo de San Marcos, en Florencia, tuvo que retirarse por desatar la libido femenina en el siglo XV. «No tuvieron en cuenta que igual despertaban también los mismos instintos en frailes y hombres», señala Catalina Cantarellas, doctora en Historia por la Universidad de las Islas Baleares (UIB).

Y advierte que «desde el siglo XIX se ha convertido en un protector para el colectivo gay. Oscar Wilde se sintió identificado con él». A lo largo de los años, confirma la historiadora, Sant Sebastià se ha adaptado a los tiempos. «Primero fue un protector contra la peste, cuando no había sanidad, porque a los santos se les ligaba un poder sobrenatural. Pero es lógico que se recicle para los problemas de hoy, ya sean el colectivo LGTBIQ+ o el acceso a la vivienda», dice en referencia al cartel de Més, EU y Sumar.

Cantarellas no duda en criticar a los criticadores: «Son unos indocumentados. Si conocieran un poco las representaciones del arte...». Y advierte que las denuncias que ha provocado el cartel de Podemos van guiados por «la misma intolerancia que arrastramos desde tiempos inmemoriales. Parece que vuelva la Inquisición».

«No hay problema cuando se representan como santos a figuras aceptadas como jugadores de fútbol» o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. «El conflicto llega cuando es esgrimido por colectivos que no son aceptados», denuncia Cantarellas. La carga erótica de esta figura es histórica. El San Sebastián de El Greco, en la Catedral de Palencia, sonrojaría a más de uno a día de hoy.