El arquitecto técnico y experto en arte y cultura, Miguel Tugores. | M.TEJEDOR

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«El edificio de Gesa de Palma hay que conservarlo como lo que es, un pionero del movimiento moderno. Si comienzan a demoler plantas para meter obras de arte de grandes dimensiones, no quedará superficie de paseo o para más obras. Tendremos un museo con cuatro grandes obras. Se convertirá en una porción de queso de gruyere y acabaremos comiéndonos sus agujeros». Miguel Tugores, arquitecto técnico que participó en la construcción del edificio de Gesa en Palma considera un «despropósito» la idea del Ajuntament de derribar algunas plantas del edificio catalogado para convertirlo en un museo con capacidad para albergar obras de grandes dimensiones.

Tugores habla con conocimiento de causa y es que además de aparejador es un experto en arte. Autor de la Casa Museo Posada de Biniatró de Campanet ha transformado también el Palacio de Medinaceli en un centro artístico de referencia en España. «En la arquitectura del siglo XXI he visto hacer cosas espectaculares, pero la grandeza de este edificio es que es pionero en Baleares de lo que se conoce como el movimiento moderno en arquitectura. Ferragut era un arquitecto muy adelantado a su época y este fue el primer edificio de Palma en incorporar lo que se conoce como muro cortina», recuerda el experto. Advierte de que el derribo completo de algunas plantas «pondría en peligro su integridad» y de que el derribo parcial de varias plantas «convertiría el edificio en un queso de gruyere». «Creo que las proporciones no permiten hacer grandes agujeros», avisa.

Explica que el reducido tamaño del inmueble (12.000 metros cuadrados sin contar la zona noble) hace que el derribo parcial de sus plantas no sea una buena idea no solo desde el punto de vista patrimonial (el edificio es único y está protegido) sino ni siquiera desde el punto de vista de su utililidad. El complejo tiene planta baja y nueve alturas (10 plantas en total) con una altura aproximada de 3 metros cada una por lo que para exponer obras de gran tamaño (hasta nueve metros de altura) habría que sacrificar dos plantas.

Edificio Lever House | Judit Vega
Edificio Lever House | Judit Vega
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Tugores ha sido una de las personas que más ha defendido la catalogación y protección del diseño de Ferragut. «Desde el principio pensé que este edificio tenía que mantenerse. Perdimos la posibilidad de convertirlo en un palacio de congresos porque al final la administración prioriza las obras nuevas y decidió construir el palacio de congresos desde cero», afirma. «Un buen arquitecto haría un buen proyecto allí dentro, pero hay que tener claro que este edificio no nació para tener la espectacularidad que se le pide hoy a lo moderno», concluye.

Por su parte, Judit Vega, directora de UNED Balears y comisaria de la exposición sobre José Ferragut, también se mostró contraria a los planes del Consistorio. «No se podrá hacer un museo por la propia estructura del edificio, que es de cristal. Otra cuestión es qué tipo de museo quieren hacer, teniendo en cuenta que son plantas diáfanas. En las paredes no podrá haber cuadros salvo que se coloquen muros falsos», advirtió Vega.

Estudiosa de la obra de Ferragut y gran defensora del edificio de Gesa, advirtió que «es un edificio que tiene mucha luz durante todo el día y además, no se autorregula: siempre hace demasiado frío o demasiado calor, siempre será necesario el aire acondicionado». Unas condiciones que afectarían a las obras de arte, teniendo además «otras localizaciones como museos públicos y privados que hay en la ciudad y habría que cuidar más».

Palacio de oficinas ENI, en Roma | Judit Vega
Palacio de oficinas ENI, en Roma | Judit Vega

Ferragut se inspiró en edificios como el Lever House, de Gordon Bunshaft, que se llevó el premio Pritzker o el palacio de oficinas ENI, en Roma, de Ugo Ratti y Marco Bacigalupo, referentes de la arquitectura moderna. «Como el de Gesa, estos edificios fueron ideados como oficinas y siguen siéndolo», dice Vega, que advierte que «el sueño de Ferragut era ver urbanizada la zona de Can Pere Antoni y verla convertida en la entrada principal de la ciudad. Todo lo que es ahora esta zona de Palma lo es gracias al edificio de Gesa. Solo por eso merece conservarse».