308 aspirantes se examinaron el pasado 20 de febrero en las pruebas. | P. Pellicer

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Los aspirantes a taxista en Palma cargan contra un examinador de las pruebas para conseguir el carnet alegando una «mala actitud» por su parte, así como critican las condiciones que ha habido durante el desarrollo de los exámenes de febrero en el Palacio de Congresos como «mala iluminación y un sonido esperpéntico».

308 aspirantes se examinaron el pasado 20 de febrero en las pruebas, después de que el 6 de febrero, fecha original del examen, se interrumpieran por un conato de incendio en el recinto. En las pruebas del día 6 se presentaron 381 personas, sin embargo, el día 20 muchos no pudieron asistir: «El día de la recuperación citaron a la gente a las 17.00 horas, pero una semana antes informaron a través de la página web del Ajuntament de que había que estar una hora y cuarto antes, sino no se podía entrar», explica el presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi de Mallorca, Biel Moragues.

«La primera convocatoria comenzó mal desde el principio», narra una aspirante, que prefiere no dar su nombre. «Empezamos media hora más tarde y en la cuarta pregunta hubo modificaciones que se comunicaron en el examen. Durante el test hubo un chispazo y se quedó medio Palacio sin luz, se paró el reloj y nos dijeron que quien pudiera continuara mientras lo intentaban arreglar», continúa. «Olía un poco a quemado, pero no era como para parar el examen. El desalojo lo hizo el examinador, no vinieron ni los bomberos», añade.

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El día 20, de camino al examen, esta aspirante se metió en la página web y descubrió el cambio de hora: «Cuando llegué vi a más personas en mi misma situación, eran las 16.30 horas y no nos dejaban entrar. Empezamos a discutir con el vigilante de seguridad y vinieron varios técnicos. Dijimos de llamar a la tele y enseguida nos dejaron entrar. Detrás de nosotros vino otro grupo al que no dejaron pasar. El examinador esperó a las 17.05 horas para salir a decir que el examen ya había empezado, pero ellos llevaban ahí desde las 16.45 horas».

Otra aspirante, que tampoco quiere dar su nombre, se queja de problemas para escuchar las explicaciones de los examinadores durante la prueba para acreditar el catalán: «Me sentaron arriba del todo y no se escuchaba nada. Había mucha contaminación acústica. No me quedó claro, con sus pésimas explicaciones, que había que contestar las preguntas mientras ellos hablaban. Cuando me quise dar cuenta ya iban por el segundo ejercicio. Encuentro que un examen oficial no se debería hacer a viva voz, más estando en un sitio tan grande con otras 300 personas que tosen y hacen ruido. Hubo interrupciones durante todo el examen, fue un auténtico desastre».

Además de los problemas durante los tests, desde la Asociación critican las pruebas prácticas. «Hemos impugnado dos de los tres recorridos del último examen», dice Moragues. Durante las rutas se prohíben calles para que todos los aspirantes sigan el mismo recorrido y las vías alternativas para ir a donde se les indica no aparecen en el temario.

«Parece que no lo quieren poner fácil para aprobar y hay una falta de conductores brutal, no sólo para la flota fija sino también para las 200 licencias temporales que han salido. No sabemos de donde vamos a sacar a los taxistas, es desvestir un santo para vestir otro», afirma. En el último examen, antes de estos dos, «no aprobó ni el 10% y en el antepenúltimo sólo el 23%».