Agentes de la Policía Local en calle Fábrica entre los viandantes. | Pere Bota

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El Ajuntament de Palma estudia instalar sensores de ruidos en los barrios para aliviar las molestias vecinales, así como la compra locales en calle Fábrica con fondos europeos para cambiar su actividad y orientar su oferta hacia los residentes, convirtiéndolos en centro de día o para fomentar la promoción de producto local o espacios de cultura, entre otros. La instalación de sensores de ruidos y cámaras en zonas sensibles, está pendiente de la nueva ordenanza cívica y se tendrá en cuenta especialmente a las zonas maduras, saturadas de ocio y problemáticas.

Estas son algunas de las conclusiones a las que se llegó este jueves tras la reunión de la Mesa por la Convivencia Ciudadana, en la que la Federació d'Associacions de Veïns tuvo un encuentro con el alcalde de Palma, Jaime Martínez.

Entre los acuerdos a los que se llegó este jueves está la propuesta de un Plan de Barrio para Santa Catalina como experiencia piloto que podría reproducirse en otras zonas de la ciudad. El alcalde señaló que estudiará cuáles son los temas que podrán asumir desde el Ajuntament en breve y cuáles hará falta que se busquen otras vías para poder afrontarlos. Este plan no se centraría solo en temas como los locales de ocio, sino en las necesidades del barrio de una forma más amplia.

También se planteará que se pueda acceder a la información de las licencias de establecimientos de Palma a través de un código QR, que permitiría a la ciudadanía acceder a los dato públicos como horario, aforo interno y externo, actividades que puede desarrollar o las condiciones del local.

En el caso de las zonas especialmente saturadas, la Federació estará pendiente de la nueva exposición pública del Plan de Ordenación Urbana Detallada (POD) para «vigilar que determinado tipo de licencias ya no se pueda dar en determinadas zonas saturadas». El alcalde señaló que en la nueva ordenanza cívica se estudiará la regulación de los horarios de las actividades.