El tardeo ha arrancado a las 18 horas en la Plaça de Cort. | Pere Bergas

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Todos aquellos que el viernes pasado, en la noche de la Revetla, optaron por el plan de película y manta -o por la borrasca Juan, o bien porque trabajaban a la mañana siguiente-, en la tarde-noche de ayer salieron en masa al centro de Palma para saldar cuentas con la fiesta en los Concerts de Tardeo, la gran novedad del programa del Ajuntament de Palma para las Festes de Sant Sebastià. Y no defraudaron.

Corrían las 18 horas y la Plaça de Cort ya estaba repleta. Siguiendo la máxima del tardeo ‘Nos gusta la noche y la disfrutamos por el día’, miles de personas arrancaron con la fiesta. Entre los presentes se encontraban personas de todas las edades: del nieto al abuelo. Muchos padres aprovecharon para disfrutar de los conciertos junto a sus hijos, «es en horario infantil, y tampoco suele beber demasiado», bromeaba un padre sobre su bebé, que portaba unas orejeras de protección auditiva. Sobre el escenario, los DJ’s Tony Bustos, Sideways, Don Flúor y Ángel Oliveros se encargaron de animar la plaza hasta bien entrada la noche, con música para satisfacer los gustos de la variada audiencia: de los altavoces emanaron temas tan dispares como Sweet Caroline, de Neil Diamond; COTI X COTI, de The Tyets; Daddy Cool, de Bonnie M., o versiones cañeras de canciones como Animal, de El Canto del Loco. Los presentes parecían satsifechos con todo.

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Otros que disfrutaron de la fiesta fueron los comercios próximos a la plaza: desde los bazares y las tiendas de alimentación, hasta los bares de la zona -algunos de ellos incluso sacaron la barra a la calle-, registraron grandes colas de clientes sedientos. Eran pocos los que no llevaban en la mano una lata de cerveza o un vaso de tubo.

Con Cort abarrotada, tanto que muchas personas acabaron en el Carrer del Palau Reial o el de Colón, a partir de las 19 horas muchas personas comenzaron a dirigirse hacia la Plaça Major, que arrancaba con el Tardeo de Verbena a las 20 horas. Media hora antes de empezar, la plaza ya presentaba una buena cantidad de. público. «¿O es que hoy hay fiesta?», preguntaba sorprendida una vecina del centro, mientras paseaba a su can por la zona, «pero ¿ya han empezado?», añadía. Su curiosidad no era para menos. Es posible que la de anoche fuese una de las pruebas de sonido más concurridas del grupo Tardes en el café; mientras afinaban la batería, centenares de personas escuchaban absortos el sonido de la percusión, con la mirada perdida en el escenario.

La música ejerció su poder de atracción, y cada vez más personas fueron llegando a la plaza, que tardó poco en llenarse por completo. El grupo escogió Bienvenidos, de Miguel Ríos, para empezar el concierto. La fiesta no acabó ahí, sino que continuó hasta bien entrada la noche.