El alcalde Jaime Martinez, ante el edificio de Gesa. | Nacho Jiménez

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Hoy a las 19.00 horas se presenta en la biblioteca de Cort el Anuario de la Ciudad, donde Palma XXI disecciona todo lo que ha acontecido en la ciudad a lo largo del año pasado y traza unas previsiones para este año recién iniciado. La incertidumbre que rodea el Plan General, el incremento imparable del precio de la vivienda en el municipio, la caída del eje cívico de Cotlliure, el alza del turismo de lujo, el cambio climático... Son algunos de los elementos que analiza Palma XXI.

«Medio año después de las elecciones, podemos afirmar que la transición política del pasado mes de mayo ha redefinido solo el color del Ajuntament, sino también de las políticas urbanísticas, de vivienda y culturales de la ciudad. La paleta de la política local se ha transformado y con ella, el lienzo sobre el cual se proyecta el futuro de Palma», dice en su prólogo Palma XXI.

Entre los temas más destacados para esta entidad se encuentra el urbanismo del municipio, que ahora mismo se encuentra en una encrucijada. «En 2021 hubo una aprobación inicial del Plan General, y en 2022, un periodo de exposición pública que concluyó con la recepción de más de 800 alegaciones. 2023 ha pasado sin que Palma pueda afirmar con un plan para la ciudad del futuro».

La caída del Plan de Ordenación Detallada (POD), que debía aprobarse a finales del año pasado, ha hecho que «actualmente conviva el nuevo Plan general con una parte normativa del Plan General de 1998, de manera que la confusión continúa instalada en el modelo de ciudad».

El cambio de color político supone un viraje en las políticas de urbanismo, vivienda y modelo de ciudad. «Diversas actuaciones iniciadas o proyectadas (algunas no ejecutadas) son ahora revisadas, modificadas, sustituidas o canceladas según los nuevos intereses», dice Palma XXI, que habla del eje cívico de Cotlliure, el proyecto de la Plaça Major, la ciudad de los 15 minutos, Son Busquets, la antigua prisión, la Plaça d’Espanya, el distrito de innovación de Nou Llevant, la compra del edificio de Gesa para ser un museo de arte moderno...

Palma XXI también hace una radiografía del estado de la vivienda que se pregunta si el nuevo decreto de medidas urgentes del Govern balear ayudará a abordar la emergencia habitacional del municipio y del resto de islas. «En un momento en el cual la vivienda se convierte en el epicentro de la equidad social, anuncios como la suspensión de viviendas sociales en Son Busquets no ayudan a generar confianza», plantea Palma XXI, ante ciertas declaraciones del actual equipo de gobierno.

El anuario también centra su atención en las obras de remodelación del Passeig Marítim, «con un proyecto promovido por la Autoritat Portuària de balears (APB)». También se fija en «la renuncia de 13 millones de euros de fondos Next Generation que debían financiar, entre otras actuaciones, la reconversión para peatones del eje de la calle Cotlliure, «uno de los grandes proyectos de la anterior legislatura».

La gentrificación y los efectos del turismo en el municipio son otros de los temas tratados en el Anuario. «¿Quedará algún barrio sin gentrificar? El boom inmobiliario también ha llegado a Pere Garau, que se ha encarecido un 41,2 por ciento». El hecho de que Palma se consolide como destino turístico de lujo, «ha hecho que sea una de las ciudades con más hoteles boutique», mientras siguen llegando cruceros. El patinete, la gratuidad del bus, los efectos del cambio climático y las batallas vecinales por el descanso se reflejan en el informe.