El obispo ha saludado a las autoridades. | Jaume Morey

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El obispo de Mallorca Sebastià Taltavull, ha destacado en su homilía que la Festa de l’Estendard «habla de nuestro existir como pueblo» y ha valorado que este año mire especialmente la familia. «En la fiesta del Estandarte este año profundizamos en la identidad de la familia, creadora de la identidad del pueblo», ha dicho configuran la identidad y son parte «esencial irrenunciable» y que tienen su raíz en la familia: «La tierra donde hemos nacido y la lengua que hemos aprendido».

«Somos, también, un pueblo que desde siempre aprecia, valora y promueve la lengua propia», ha dicho. Taltavull ha destacado que los actos religiosos siempre se expresan con la propia lengua lo que ha favorecido que quienes nos visitan o provienen de la inmigración para quedar a vivir entre nosotros se familiaricen con ella. «Ser defensores de nuestra identidad cultural y lingüística -que al mismo tiempo entra nuestra identidad religiosa y cristiana- no significa de ninguna forma ser contrarios a un diálogo intercultural, sino siempre abiertos», ha añadido.

«Un pueblo sin cultura propia, un pueblo que renuncia a aquello que lo identifica, está destinado a deshacerse, no tiene futuro», ha alertado. Taltavull ha señalado que existen muchas formas de eliminar la riqueza étnica y lingüística, «como hay también muchas formas y oportunidades de promocionarla y hacerla vehículo de normalidad». Por eso, ha señalado que se debe trabajar para encontrar el punto de equilibrio.

«Construir la identidad lingüística no significa solo entender, saber hablar y escribir bien», ha precisado, sino que supone también la elaboración y la defensa «de todos los valores que contiene y transmite, como la profundización y promoción del hecho literario, histórico, ético, religioso y estético». «Nuestra simbología cultural es tan rica que bien merece ser estudiada y promocionada constantemente, en el mismo tiempo que se trabaja su más íntima configuración», ha afirmado.

«Somos un pueblo sensible a la defensa de su tierra y que está en condiciones más que favorables para mirarla con amor», ha señalado. Ha alertado de que la esencia de la gente del campo ve peligrar su permanencia y corre el peligro de quedar con una representación «puramente escénica». Ha llamado la atención al cambio climático «con la responsabilidad que todos tenemos en su proceso de deterioro», y se ha hecho eco de las palabras del Papa en la reciente Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: «El cambio climático -dice- se un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana».

También ha tenido palabras de recuerdo para las víctimas de las guerras entre Israel y Palestina, en Ucrania y en otras muchas regiones del mundo. «Que la Sagrada Familia y la memoria que hacemos en esta fiesta del Estandarte nos ayuden a edificar nuestra convivencia en paz sobre aquellos valores personales y comunitarios que mantienen en la comunión nuestras familias y a todos nos cohesionan como pueblo», ha concluido.