La regidora del PSOE, Angélica Pastor, fotografió al exalcalde, José Hila, en su último pleno, junto a representantes de la Federació de Associacions de Veïns de Palma, que acudieron a defender que el proyecto de Son Busquets se haga tal y como está planteado | Redacción Local

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Han pasado apenas dos meses del «vamos a hacer una oposición firme y contundente» al «empiezo esta nueva etapa con mucha ilusión» de José Hila. Este jueves le han nombrado senador autonómico, el mismo día en que ocupaba por última vez su nuevo asiento en la sala de plenos del Ajuntament de Palma. El exalcalde socialista es ahora también exportavoz del principal grupo en la oposición, un lugar que releva con orgullo Rosario Sánchez. Así que la del jueves fue una jornada de inicio de curso para la mayoría (el primer pleno ordinario de esta legislatura) pero también de fin de una etapa para José Hila que, ahí estuvo, despidiéndose entre bambalinas en su último baile y prometiendo llevar la voz del municipalismo a la Cámara Alta.

Y es que pese a tratarse de un insulso día de finales de julio, la agenda política postelectoral anduvo apretada en Baleares. También el alcalde, Jaime Martínez, se perdió gran parte del pleno al acudir a la recepción real en la Almudaina. De todas maneras, se le necesitó un poco menos: el tono dentro de la sala había cambiado. Se vienen aires de pacto en Cort y Vox y PP dejan de lado los reproches para empezar a aprobarse mociones entre palabras de agradecimiento. No sólo entre ellos, «yo aplaudí a (Joana María) Adrover que estaba aquí trabajando desde las cinco de la mañana», dijo el regidor de Vox, Fulgencio Coll, al hablar del desalojo de Son Banya, sobre la que fuera responsable de Seguretat Ciutadana. «También a Antoni Noguera a quien realmente aprecio», añadió.

Muchas palabras de reconocimiento y la gran mayoría alardeando de bilingüismo. Se practica el catañol en el pleno de Cort. Sobre todo por parte del primer teniente de alcalde, Javier Bonet que, al tomar las riendas del pleno en ausencia de Martínez, fue alternando ambos idiomas.

Frente tanto sosiego, también hubo voces más crispadas. La de Maria Antònia Oliver, de Memòria Democrática, fue una de ellas al pedirle al Govern que cesen en su empeño de proteger sa Feixina, el «monumento franquista inaugurado en una dictadura». O la de Lucía Muñoz, la única superviviente de Podemos, que protagonizó un tenso debate por la tarde, con el responsable de Urbanisme, Óscar Fidalgo, a quien llamó «perro de presa» por contestar en nombre del alcalde. ¿El tema? Son Busquets, como será costumbre.