Una parte del Paseo Marítimo se encuentra actualmente en obras. | P. Pellicer

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La asociación Vianants Mallorca ha solicitado al Ayuntamiento de Palma actuaciones para disminuir la peligrosidad en el Paseo Marítimo, al que han calificado como «autopista urbana», entre las que se encuentran el emplazamiento de radares, pasos peatonales elevados y la limitación de la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora. La asociación de transeúntes ha pedido poner medios para lograr «una movilidad a la medida de las personas» que evite muertes, algo que, desde su punto de vista, «no es patrimonio ni de la izquierda ni de la derecha, sino de las personas decentes».

En una nota de prensa, la asociación ha explicado que el Paseo Marítimo es una «autopista urbana» porque se trata de un tipo de vía amplia, con más de un carril por sentido, buena visibilidad, pocos semáforos y gran distancia entre pasos de peatones, lo que «dificulta el cruce debido a su amplitud y sus tiempos semafóricos supeditando la fluidez del tráfico». En ese sentido, han recalcado que un atropello a partir de los 30 kilómetros por hora «aumenta exponencialmente la posibilidad de morir». «Son vías donde prima el derecho inexistente del conductor a llegar rápido sobre la seguridad de las personas que van a pie o en bicicleta», ha recriminado Vianants Mallorca.

Por ese motivo, han destacado que, a pesar de tener una gran obra en marcha, «se deben plantear medidas a más corto plazo», como colocar radares, hacer pasos peatonales elevados o poner límites de 30 kilómetros por hora en vez de 60«, algo que han señalado como ejemplos de »medidas sencillas de fácil implementación, que evitarían muertes y accidentes graves".

Asimismo, Vianants Mallorca ha indicado que «tampoco es de recibo» que los tiempos semafóricos dejen a los transeúntes en las medianas, «expuestos a velocidades letales y a altas temperaturas». La organización ha aseverado que «es necesario actuar sobre el tipo de trazado y redimensionar la vía para acabar con estas calles homicidas». Así, han señalado la posibilidad de apostar por estrechar la vía y construir orejas o pequeñas curvas, que obliguen al conductor a reducir la velocidad. «Los conductores de vehículos a motor, si tienen deseos de correr, pueden coger la Vía de Cintura, se trata de una decisión política que no se tomó y podría haber ahorrado muchas muertes y heridos graves que desgracian también la vida de los seres queridos y familiares», han argumentado.

Además de en el Paseo Marítimo, la asociación ha reclamado actuar en otras vías rápidas como Avenidas, Avenida Argentina --con dos atropellos mortales en junio de 2020--, Calle Manacor --hace dos semanas murió una mujer atropellada--, Carretera de Valldemossa o Calle Aragón, «que apenas tiene aceras ni pasos de peatones». «El anterior alcalde, José Hila, no se atrevió a revolucionar Palma, y la asociación se pregunta si el actual alcalde, Jaime Martínez, quiere ser un sucesor continuista en cuanto a movilidad o si se quiere sumar a las ciudades con futuro», ha manifestado.

Por estos motivos, Vianants Mallorca ha exigido «un proyecto ambicioso de ciudad, liderado por un alcalde valiente implicado en cuidar y garantizar la seguridad de las personas, con objetivos concretos como que haya cero atropellos en la zona urbana». Por último, la asociación ha detallado que en su agenda está reunirse con la delegación de la Dirección General de Tráfico de Baleares, el conseller insular de Territorio, Movilidad e Infraestructuras, Fernando Rubio, y el alcalde de Palma, Jaime Martínez.