La escultura de la 'Mujer cosiendo', en la Plaza de la Mare de Déu de la Salut. | Jaume Morey

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Palma esconde verdaderos tesoros en rincones inesperados. Atentos a los nombres que uno puede encontrarse mientras pasea por la vía pública: Joan Miró, Albert Pinya, Eduardo Chillida, Pep Llambias, Alexander Calder, Lorenzo Quinn, Denis Oppeheim, Marcel Martí, Santiago Calatrava, Botero, Ben Jakober... decenas de artistas nacionales e internacionales han dejado su impronta artística en Ciutat. Hay más de un centenar de piezas escultóricas desperdigadas por nuestras calles, lamentablemente muchos residentes ni siquiera se dan cuenta de que están ahí, imagínense la población flotante. Pero si el mismo Ajuntament de Palma no hace el caso que se merece al parque escultórico público de la capital palmesana, qué se puede esperar.

Situación

En estos momentos, tras un pequeño impás debido a las elecciones municipales del pasado 28M, el Consistorio palmesano lleva a cabo un exhaustivo inventario del patrimonio artístico de Ciutat, unas 2.000 obras entre cuadros y esculturas, para estudiar las necesidades de mantenimiento, poner en orden necesidades y planes de actuación. «Aunque no lo parezca, hacemos lo que podemos con el presupuesto que hay», advierte Bartomeu Bestard, cronista de la ciudad y responsable de esta ardua tarea.

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En pleno Paseo Mallorca está el ‘Dull’ de Marcel Martí, que pide con urgencia un mínimo mantenimiento.

¿Pero cuál es la situación del arte público de Palma? Las obras están sucias, con un mantenimiento cuestionable y anónimas para los legos en la materia, porque gran parte de las placas que muestran el nombre y el artista de las esculturas han desaparecido. Esta es la preocupante situación de gran parte del parque escultórico de Ciutat, que exige a gritos un lavado de cara más que necesario.

«Nadie duda de que el equipo encargado hace lo que se puede con el presupuesto y el equipo humano que hay –recalca Angels Fermoselle, vicepresidenta de la Asociación de Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA)–. Los procesos de restauración son muy lentos, demasiado. Y esto se solucionaría si el área encargada tuviera asignada una pequeña brigada formada por una o dos personas para realizar actuaciones inmediatas. Lo hemos pedido varias veces, pero hacen caso omiso a nuestra propuesta», lamenta la activista cultural.

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'Hacia el sur', de Enrique Broglia, en pleno proceso de restauración.

En este sentido, recuerda que la escultura que hay delante de la iglesia de la Magdalena de Palma lleva un año vandalizada por desconocidos, luciendo una esvástica. «No se pueden permitir situaciones así. Ofenden la imagen y el sentimiento de pertenencia a la ciudad. La Administración no puede ser la enemiga de la administración», advierte Fermoselle en relación a los tiempos que se manejan en cuanto a restauración y mantenimiento.

Asignaturas pendientes

Atención a la escena: un matrimonio de turistas observa con interés la obra de Manuel Mompó, Porta del Mar, ubicada en el Paseo Mallorca. Dan vueltas a su alrededor, vuelven a dar otra vuelta y se miran sorprendidos. Deciden seguir su recorrido por la zona no sin antes mencionar de pasada en un casi ininteligible inglés americano «que no están seguros de si es una obra de arte porque no hay letrero que lo diga en ningún sitio».

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La obra de Manuel Mompó, 'Porta del Mar', ubicada en el Paseo Mallorca.

Lo es, pero no hay señalética que lo acredite. Desapareció hace tiempo y todavía no se ha sustituido. Sí se ha restaurado hace poco tiempo, especialmente su base, que al ser de acero y estar ubicada en una zona muy sombreada y con humedad, sufría. Pero ya se ha pintarrajeado su estructura con una frase –foto de la derecha– con una frase muy millennial, o muy Mr. Wonderful, ‘La vida es dulce’, y un corazoncito a modo de acompañamiento. Ver para creer.

Actuaciones más inmediatas

Bartomeu Bestard, coordinador de la ciudad, recuerda que en estos momentos se está trabajando en la obra del artista uruguayo Enrique Broglia, que en 1984 donó a Palma su obra Hacia el sur, en el Parc de la Mar. Bajo la base ha aparecido un traje de hierro en muy mal estado que hay que restaurar debido a su situación junto al mar. También se ha actuado en el Núvol de Albert Pinya, en el Canódromo de Palma, que presentaba un estado lamentable a pesar de llevar muy poco tiempo instalada; o la limpieza, este mismo viernes, de la escultura Palma, de Pep Llambias, en el Paseo Sagrera.

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La escultura más ‘instagrameable’ de Ciutat, ‘Palma’, obra de Pep Llambias, ha estado cubierta de pegatinas hasta este viernes.

Las próximas actuaciones cerrada se dirigirán a las esculturas ubicadas en los jardines de Sa Feixina: se llevarán a cabo trabajos de restauración en la pieza del artista aragonés Pablo Serrano, Guitarra 3; así como en otras obras como Illes y Continents, de Antoni Socias, grafiteada y a la que últimamente se han dedicado a colocar candados. como muestra de amor... cualquiera sabe hoy en día. A continuación, los esfuerzos se dirigirán a restaurar las obras ubicadas en el Paseo Mallorca.

El apunte

El grave problema del vandalismo cultural en Palma

«No sabía que era tan antiguo». Esta es la frase con la que excusó esta semana el joven turista que decidió que no había mejor lugar que el Coliseo Romano para sellar su amor con su novia que registrando sus nombres en una pared de este monumento, grabarlo y subirlo a redes sociales. El vandalismo cultural o la simple ignorancia, cualquiera sabe, campan a sus anchas en esta sociedad nuestra. Y Palma no escapa a este mal. Lo advierten desde Cort. Mejor no pensar en el presupuesto que hay que gastar.

‘Dispositivo para erradicar el mal’, la famosa iglesia invertida, obra de Deni Oppenheim, en la Plaça Porta de Santa Catalina.

Solo un par de ejemplos: la famosa iglesia invertida de Deni Oppenheim, cuyo nombre real es ‘Dispositivo para erradicar el mal’, en la Plaza Porta de Santa Catalina –foto de la izquierda-, hay que restaurarla sistemáticamente cada seis meses porque la gente la destroza. Quizá si en Palma hubieran hecho como con la pieza origjnal, abierta al público dentro de un edificio en Venecia, su mantenimiento sería mejor. Por no hablar del trabajo que costó en 2020 llevar a cabo la restauración del complejo escultórico de Josep Guinovart, en el Parc de la Mar. Utilizado como pista improvisada de skate, hubo que acudir a fotos antiguas para recomponer las piezas de esta obra, que ahora luce como antaño.