Imagen del parking disuasorio de la calle Federico García Lorca que enfrenta a vecinos y Cort. | Teresa Ayuga

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Los vecinos de Son Armadans lo venían avisando desde hacía meses y han decidido pasar a la acción. La asociación vecinal tiene la intención de llevar al Ajuntament de Palma a los tribunales si no clausura el aparcamiento disuasorio que ha habilitado en un espacio público de la calle Federico García Lorca. Este jueves ha acudido al último pleno de la legislatura de Cort para protestar y, aseguran, tienen el dinero suficiente para «enfrentarse al Consistorio en los juzgados» si no cierra este aparcamiento que está causando gran malestar entre los vecinos.

La presidenta de la AAVV de la barriada, Catalina Llompart, asegura que el parking «implantado» por Cort entre las calles Joan Miró y Federico García Lorca «está en un espacio libre público del barrio» y, por tanto, contraviene tanto el artículo 60 del Plan General de Ordenación Urbana de Palma vigente (PGOU), como del actualmente en revisión. «Este aparcamiento no solo constituye una infracción de la normativa; además, que no se cierre por las noches está propiciando la concentración de gente, botellones, ruidos y vandalismo, como ya advertimos que iba a suceder. Y eso que todavía no ha comenzado la temporada alta ni el calor».

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Según la denuncia presentada ya en el Ajuntament, previo paso a llegar a los tribunales, el uso de las zonas de espacio libre exclusivamente se limita al descanso, paseo, ocio y la práctica de deportes al aire libre, en cualquier caso no para habilitar un aparcamiento en superficie. La decisión de Cort se debió a las obras de remodelación del Paseo Marítimo de Palma, que llevan varios meses en marcha y que preveía la eliminación de plazas de parking en la zona; por lo que el Consistorio tuvo que buscar aparcamientos disuasorios cerca del Paseo Marítimo.

En ese sentido, Catalina Llompart recuerda que este espacio público, rodeado de edificios de viviendas, ha sido un quebradero de cabeza para los residentes ya desde finales los 90. La situación llegó a tal punto que obligó a los vecinos a unirse y pagar un guarda privado de su propio bolsillo, que se encargaba de cerrar las verjas por la noche y abrirlas por la mañana, con el beneplácito del Consistorio palmesano, pero sin aportar este una peseta de la época. No fue hasta que Aina Calvo ocupó la vara de mando cuando se puso fin a este despropósito.

«Se logró un acuerdo entre el Cort y los vecinos que permitía a los residentes disfrutar del parque durante el día y a los vecinos descansar durante la noche. Ahora, este consenso se ha roto al decidir el Ayuntamiento motu proprio abrir ininterrumpidamente este espacio», recalca la presidenta de la entidad vecinal. «Apelamos a la competencia municipal para que adopte las medidas necesarias para prevenir la contaminación acústica, cerrando, como ocurría hasta enero, este espacio libre público por las noches».